El mercado inmobiliario español ha experimentado una notable recuperación tras la crisis provocada por la pandemia de la COVID-19. Según datos de JLL, la inversión inmobiliaria en España creció un 141% en el primer trimestre de 2022 respecto al mismo periodo de 2021, hasta los 3.817 millones de euros. La cifra escala hasta los 4.300 millones según el cómputo de CBRE.
Este dinamismo se debe, en gran medida, al interés de los inversores nacionales e internacionales por el sector inmobiliario español, que ofrece oportunidades de rentabilidad y diversificación en un contexto de bajos tipos de interés y alta liquidez. Además, España cuenta con una buena posición geográfica, un clima favorable, una elevada demanda turística y residencial y una oferta diversificada y de calidad.
Pero, ¿quiénes son los inversores inmobiliarios que apuestan por España y qué tipo de activos buscan? A continuación, presentamos algunos perfiles y ejemplos de operaciones realizadas en los últimos meses.
- Inversores inmobiliarios patrimonialistas. Son aquellos que buscan adquirir inmuebles comerciales (oficinas, locales, centros comerciales, hoteles) en ubicaciones prime o céntricas de las principales ciudades españolas, con inquilinos solventes y contratos a largo plazo. Su objetivo es obtener rentas estables y seguras a lo largo del tiempo. Un ejemplo de este perfil es Pontegadea, el brazo inversor de Amancio Ortega, que en 2021 compró el edificio de oficinas de Burberry’s en Paseo de Gracia (Barcelona), la sede corporativa de BBVA en Plaza Catalunya (Barcelona) y el Apple Store de Plaza Catalunya con Paseo de Gracia (Barcelona).
- Inversores inmobiliarios core. Son aquellos que buscan activos inmobiliarios con un bajo riesgo y una rentabilidad moderada, basada en las rentas recurrentes. Suelen ser fondos institucionales o socimis que invierten en activos maduros, consolidados y con una buena ocupación. Su horizonte temporal es a medio o largo plazo. Un ejemplo de este perfil es LCN Capital Partners, que en 2021 compró dos edificios logísticos en Madrid y Barcelona por 150 millones de euros.
- Inversores inmobiliarios value-added. Son aquellos que buscan activos inmobiliarios con un riesgo moderado y una rentabilidad alta, basada en la revalorización del activo. Suelen ser fondos oportunistas o promotores que invierten en activos con potencial de mejora, ya sea mediante reformas, cambios de uso o gestión. Su horizonte temporal es a corto o medio plazo. Un ejemplo de este perfil es Stoneweg, que en 2021 compró el edificio del Hotel Asturias en Madrid por 50 millones de euros para convertirlo en viviendas.
- Inversores inmobiliarios alternativos. Son aquellos que buscan activos inmobiliarios con un alto riesgo y una rentabilidad muy alta, basada en la innovación y la diferenciación. Suelen ser fondos especializados o plataformas digitales que invierten en activos emergentes, disruptivos o nicho, como el coliving, el coworking, las residencias de estudiantes o los data centers. Su horizonte temporal es variable según el ciclo del activo. Un ejemplo de este perfil es Medici Living Group, que en 2021 anunció su entrada en España con la apertura de dos proyectos de coliving en Madrid y Barcelona.
Como se puede observar, el mercado inmobiliario español ofrece oportunidades para todo tipo de inversores, según su perfil de riesgo-rentabilidad, su estrategia y su preferencia por los distintos segmentos del sector. La diversidad y la competitividad son las claves que hacen de España un país atractivo para invertir en inmobiliario.
